Sueños y recuerdos.

¿Dónde se encuentran los pensamientos? ¿Los sueños? ¿Los miedos? ¿Los sentimientos? ¿Los recuerdos?
Igual os parecen preguntas estúpidas, pero, realmente, ¿dónde están? No los ves. No los oyes. Realmente, ni siquiera los percibes. Están ahí. Siempre.
No tengo ni idea de dónde pueden quedarse, aquella vaga imagen de niña, o esa sonrisa que tantos temblores te provoca, o esas ganas de taparte con el edredón desde las puntas de los pies hasta la cabeza entera después de una película de miedo.
Los sueños me parecen cosas increíbles. Les llamo cosas pero realmente no sé cómo hacerlo. Cierras los ojos y de repente, muchísimas imágenes se reproducen en tu mente como si las estuvieras viviendo de verdad pero al despertar con el sonido de la alarma y ver la realidad, te das cuenta que nada de eso ha pasado, que todo era mentira. Aunque, a veces, hay sueños que sirven como recuerdos para tener más vivo a alguien, para sentirlo más cerca.
No sé cómo somos capaces de, además de soñar, que incluso estos tengan alguna fina relación con la realidad. Un fino puente que separa una especie de dos mundos diferentes.
Una pena que haya gente que desperdicie estas pequeñas cosas aunque, realmente si te fijas bien, de lo increíbles que son parecen enormes.
Otro del viernes 1 de abril.

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