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Mostrando entradas de febrero, 2018

¿Me acompañas?

¿Hasta qué punto la realidad es real y no ficticia? ¿Son acaso los sueños irreales por no encontrarse en la dimensión del despertar? ¿Es siempre real y nunca ficticio lo que vemos, sentimos u oímos aunque las apariencias engañen? ¿Dónde está el límite entre lo que podemos imaginar y soñar frente a lo que podemos hacer? Pero, ¿hay siquiera límite que nos separe, que nos divida? ¿Hasta qué punto estaría alguien dispuesto a llegar para atravesar la barrera (si hay) entre lo ficticio y lo real? Haya o no haya, yo no puedo quedarme con esta duda que me corroe por dentro. Estoy más que dispuesta a resolverlo, ¿me acompañas? A doce de febrero, lunes.

Anatomía de un abrazo:

Un abrazo se define como el acto de rodear con los brazos a alguien o también cuando dos personas entre sí lo hacen como muestra de afecto, felicidad (y otros tantos sentimientos que impliquen acercamiento). Sin embargo, quizá vaya más allá, quizá sean esas ganas de querer sentir a alguien cerca (físicamente hablando), de querer tener los corazones más unidos entre sí a la vez que se dan la mano y laten al mismo compás, bailando bajo la Luna y en el borde del precipicio. Quizá abrazar a alguien sea sentirse como en casa, como cuando entras por la puerta y sientes el calor de la acogida, como cuando alguien te sonríe y te das cuenta de lo maravillosa que es la vida. No sabría muy bien cómo definir un abrazo en sí, pero, lo que sí que tengo claro, es que te llena por dentro, inundándote de optimismo y de ganas de vivir. A viernes 9 de febrero.