Entradas

Mostrando entradas de julio, 2021

Reencuentros:

A veces nos reencontramos con el pasado. De golpe, de frente y sin previo aviso. Contra todo pronóstico, se vuelve presente (y no precisamente como regalo). Nunca supimos cómo entendernos, el pasado quería ser presente y futuro y, yo, bailando entre mis indecisiones, a veces le dejo. Porque ahí estoy cómoda, porque es oasis en desierto, música en silencio (y mi canción favorita, para rematar) y nunca dejo de encontrarte (hay momentos hasta dudo de si quiero). Decido rebobinar recuerdos y ponerlos en bucle. Una y otra vez. Porque el tiempo contigo nunca fue suficiente, porque el alma brilló como jamás la había sentido y porque me gustaba todo de ti.  Por mucho que me guste o no, mientras me quedo a vivir en ti, pretérito, me olvido del ahora, de lo que realmente tengo y de lo que verdaderamente importa: yo conmigo. La perspectiva nos enseña que, con el paso de las agujas del reloj, todo duele menos, el vacío desaparece y la ausencia deja de pesar. Y, la verdad, que menos mal.

Versos y tú:

Digamos que no sé qué sería de mí sin los versos, sin la poesía, si pienso que mejor conjugar los verbos contigo que conmigo, si se me olvida el mundo cuando nos perdemos entre las letras y nos encontramos mirándonos a los ojos. Siendo sincera, quiero no dejar de buscarte nunca. Pero que seas tú quien me encuentre en las rimas. Por si me voy. Por si algún día me olvidas.

Siempre encontrándonos:

A veces se refresca el corazón en días como hoy, donde la lluvia limpia el alma de recuerdos, arrastrando consigo todo lo que pesa, dejando así el cuerpo libre de cargas. Llenándolo todo de ganas de mirar al mar, de ver la caída que asoma por el precipicio, sentir el tambaleo de los pies; el miedo a saltar. Pero, mucho antes que eso, llega el cosquilleo preguntándonos “¿y si sí?”. Yo todavía no sé muy bien qué responderle porque nunca tendré la certeza absoluta. Lo único que sé es lo que tengo ahora: la plena libertad de querer saltar y, más tarde, ver qué pasa. Mientras tanto, sólo nos queda disfrutar de la caída sintiendo el viento en la cara para acabar por perdernos y una veces en nuestras miradas. Pero siempre encontrándonos. Como faro que es hogar en mar abierto. Como luz en plena oscuridad. Como tú entre tanta gente.