Siempre encontrándonos:

A veces se refresca el corazón en días como hoy, donde la lluvia limpia el alma de recuerdos, arrastrando consigo todo lo que pesa, dejando así el cuerpo libre de cargas.

Llenándolo todo de ganas de mirar al mar, de ver la caída que asoma por el precipicio, sentir el tambaleo de los pies;

el miedo a saltar.

Pero, mucho antes que eso, llega el cosquilleo preguntándonos “¿y si sí?”.

Yo todavía no sé muy bien qué responderle porque nunca tendré la certeza absoluta.

Lo único que sé es lo que tengo ahora: la plena libertad de querer saltar y, más tarde, ver qué pasa. Mientras tanto, sólo nos queda disfrutar de la caída sintiendo el viento en la cara para acabar por perdernos y una veces en nuestras miradas.

Pero

siempre

encontrándonos.

Como faro que es hogar en mar abierto.

Como luz en plena oscuridad.

Como tú entre tanta gente.

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