Que los sueños vuelen y hazlo tú también con ellos.
Y qué bonito perderse, encontrarse, cuenta atrás desde diez y salir a buscarse. Ir mirando detrás de cada tronco, intentando no hacer demasiado ruido aunque con todas las hojas por el suelo era prácticamente imposible. Mira hacia arriba, hasta la última rama de cualquier árbol, casi ya desnudo del todo por la llegada del otoño. Sin embargo, las tonalidades ocres me rodean, se cuelan por mi iris marrón sin discreción alguna hasta que puedo sentirlos por cualquiera de los sentidos. Tocar colores, respirar sensaciones y mirar lo invisible. Quizá los verbos no vayan del todo acorde a las palabras siguientes o quizá era que nosotros nos limitábamos demasiado. Poníamos impedimentos: los colores únicamente se ven, las sensaciones solamente se sienten (viva la redundancia) y lo concreto es lo que se puede tocar. ¡Cuán equivocados estábamos! ¿Acaso un color no transmite sensaciones? ¿Acaso no puede traerte a la memoria que, justo esa tonalidad era el color del vestido de los miércoles de c