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Mostrando entradas de mayo, 2020

Madrid:

Madrid, tienes algo especial. Eres esa ciudad en la que te puedes encontrar a ti misma en cualquier rincón, descubrir quién eres y quién quieres ser en realidad, ver que los sueños se pueden rozar con las yemas de los dedos estando al alcance de mis manos, que encuentras esa magia al girar en cada esquina cuando las luces iluminan el cielo nocturno, que puedes sentir esa tranquilidad interior mientras paseas sin rumbo fijo y sin prisa. Eres esa ciudad en la que se vive. A la intensidad que tú quieras y decidas, sin importar de dónde vengas o a dónde quieras ir, Madrid estará lista para ti, para acogerte, abrazarte y susurrarte que te quedes un rato más porque, para ella, nunca es suficiente.

21 gramos:

Alguna vez he escuchado que el alma pesa 21 gramos. No sé cuánto será su peso.  Sólo sé lo que creo. Y es que existe. Que está tan dentro de mí misma que muchas veces se oculta por miedo de vivir a flor de piel, pero que disfruta feliz cuando los ojos brillan y sientes por dentro que todo está bien y que nada puede ir mejor. Como justo en ese instante en el que comienza a sonar tu canción favorita, cuando encuentras a la persona indicada entre tanta gente, lees un libro que mantiene tu ilusión con cada página o los detalles que hacen las sonrisas fáciles. Yo creo que es lo que hace brillar a cada persona individualmente. Aun cuando lo que te rodea es oscuridad, te vuelves luz, sintiendo en lo más profundo de ti, que la vida es bonita y la Luna brilla más que nunca.

El verano:

Ahora mismo no puedo parar de ver fotos de este verano.  Echo de menos absolutamente todo. El olor, los pantalones cortos, vivir sin restricciones, que no hubiera normas de seguridad, poder abrazar y besar sin miedo, salir de noche y volver de día sin que supusiera ningún problema, conocer gente y no querer sacarla de tu vida, la cerveza fría en una terraza al sol, el moreno y las marcas del bikini y de las pulseras, las sonrisas sinceras, las orquestas de las fiestas y las atracciones, las noches desastrosas, los conciertos de tus artistas favoritos, dormir a las diez de la mañana en tiendas de campaña, el descenso del Sella, el mar y sus olas, borracheras que acaban a hombros de otra persona para que disfrutes de esa canción que significa tanto. Al fin y al cabo, la juventud en plena libertad. Así me siento ahora que eso estaba justo al alcance de mis dedos y se ha esfumado con el viento. Me encuentro llena de ganas inmensas que no caben dentro de mí de volver a vivir todo aquello qu