El verano:

Ahora mismo no puedo parar de ver fotos de este verano. 
Echo de menos absolutamente todo. El olor, los pantalones cortos, vivir sin restricciones, que no hubiera normas de seguridad, poder abrazar y besar sin miedo, salir de noche y volver de día sin que supusiera ningún problema, conocer gente y no querer sacarla de tu vida, la cerveza fría en una terraza al sol, el moreno y las marcas del bikini y de las pulseras, las sonrisas sinceras, las orquestas de las fiestas y las atracciones, las noches desastrosas, los conciertos de tus artistas favoritos, dormir a las diez de la mañana en tiendas de campaña, el descenso del Sella, el mar y sus olas, borracheras que acaban a hombros de otra persona para que disfrutes de esa canción que significa tanto. Al fin y al cabo, la juventud en plena libertad.
Así me siento ahora que eso estaba justo al alcance de mis dedos y se ha esfumado con el viento.
Me encuentro llena de ganas inmensas que no caben dentro de mí de volver a vivir todo aquello que no se puede explicar porque sólo se siente. Sólo lo vives.

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