Su y mi:

Ya dudo de si el universo se escondía tras sus ojos, vivía en su cuerpo o se alimentaba de su risa. Tenía el mundo en la palma y la vida se reconstruía entre sus dedos.

Su sonrisa descuidada que bailaba al son de las caricias y su alma inquieta por asomarse siempre al borde del precipicio. 

El abismo en sus pestañas y, en cada parpadeo, terremoto de emociones que se quedaban a bailar en mi estómago.

La distancia se volvió relativa en el último abrazo, se acercaron los cuerpos mientras que los corazones se alejaban.


Y, después de todo, aquí sigo. En reconstrucción. Buscando ese universo en mí, ya sea en mis ojos, cuerpo o risa.

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