Tus caricias, risas y tu ausencia:
¿Cómo es posible que tus caricias fueran faro y mar abierto?
Eras pura contradicción en ti misma.
Física y química.
Me hacías sentir revolución mientras todo estaba en calma.
Guerra pacífica.
Corazón con cabeza.
Entender sin palabras, con silencios.
Pedirte a ti los deseos y no a las estrellas fugaces.
Soñarte despierta.
Volver a ti.
Encontrar recuerdos que rompen y recomponen. Que enfrían y calientan el alma mientras el tiempo pasa y a la vez no avanza, como si las manecillas se hubieran quedado paradas en el último beso.
Echarte de menos y de más.
Querer construir de nuevo, pero sin derribar las ruinas.
Oposiciones similares que acababan por tener todo el sentido del mundo.
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