La vida.

Qué bonita es la vida como para dejarla pasar sin más, qué importante darse cuenta de lo que merece la pena, aprender a disfrutar con lo más mínimo, saber sonreír en los peores momentos para en los más felices estar más radiante que nunca.
¡Que la risa cura todo! Ríe hasta que te duelan las mejillas, hasta que te quedes sin aire y ya no te suenen las carcajadas.
No sabemos el valor de las cosas hasta que las perdemos o, bueno, eso es lo que se dice, contradícelo, sé la excepción que anula la regla y aprende a querer todo y a todos los que tienes antes de que sea tarde. Vamos, que no es tan difícil.
En resumen: valora y sonríe siempre, sin parar. Que sin el optimismo y la ilusión, estamos más que perdidos. Y, si por algún motivo te sientes sin saber a dónde vas, mete la mano en tu bolsillo izquierdo y saca la brújula que todos llevamos dentro. Que apunte al punto cardinal que apunte, adelante.
A nueve de noviembre, miércoles.

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