Como en casa.

Y que la lluvia nos empape, que nos cale enteros, que se cuele por nuestra nuca recorriéndonos toda la espalda, que nos moje todos los millones de pelos que tenemos en la cabeza y que llegue hasta la sonrisa.

Pero, encuentra a esas personas que te hacen estar como en casa, que hacen que cuando estás con ellos, no haya frío ni lluvia que te moleste, que sean como un pequeño refugio, como un hogar al que acudir para que nos sintamos como si estuviéramos siempre con un paraguas protegiéndonos de la lluvia, con un abrigo en contra del frío y con un Sol propio brillando únicamente para cada uno.
A tres de diciembre, sábado.

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