Viento, lluvia, tormenta.
A veces, el viento susurra. Se acerca al oído y te hace
creer que lleva en él una melodía que tienes que descifrar.
Otras, arrastra consigo los besos que nunca llegaron a tener
lugar, los abrazos congelados en el mar del tiempo o los recuerdos atrapados en
fotografías.
De vez en cuando y de cuando en vez, el viento nos trae de
vuelta sensaciones que creíamos perdidas. Quizá a cada uno de nosotros nos
produzca una diferente. Quizá. A mí, personalmente, me llena de libertad. Es inspirar
ese aire puro, retenerlo todo el tiempo que pueda en mis pulmones hasta que, no
aguanto más y lo dejo ir. Sentir cómo el viento va a su aire, pasea a sus
anchas, sin reparar en todo aquello que está moviendo o revoloteando. Me sacude
el pelo, me lo pone en la cara. Sin embargo, en ese instante, no me importa. La
libertad sigue recorriendo mi cuerpo entero a medida que respiro.
De repente, comienza a llover. Al principio solamente
chispea, pero en cuestión de un escaso minuto, más bien de unos largos
cincuenta segundos, llueve con la fuerza de un huracán. Caen miles, qué digo,
millones de gotas, de las cuales, unas pocas caen encima de mí, empapándome la
cara y la ropa. De la misma manera que el viento, quizá la lluvia también
provoque diferentes sensaciones en cada uno de nosotros. A mí, sinceramente, la
lluvia me incordia a veces. Me molesta. Me produce frío. Aunque, otras tantas,
me hace sentir viva. Me hace sonreír. Se me cuela entre la ropa y la noto
recorriendo toda mi piel, sin embargo, dejo que lo haga. No me voy a esconder
bajo ningún portal. Me quedo ahí en medio, dejándome llover, dejándome soplar, dejándome
llevar.
Era un día lleno de tonalidades grises, las nubes
manchadas de carbón, el cielo encapotado y el Sol escondido. Comienza la
tormenta. Rayos, relámpagos y algún que otro trueno se escucha de fondo. Ahora sí
que decido correr a resguardarme, como si estuviéramos jugando al escondite y
ya hubiera empezado la cuenta atrás que empezaba por el diez y acababa por un
grito de: ¡voy ya!A ya treinta de agosto, lunes.
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