Se ganan ganas de vivir.

La esperanza que unos ojos pueden llegar a reflejar es maravillosa, la capacidad de superación, la actitud tomada cuando parece que uno mismo va en contra del viento. Cuando parece que nada funciona, es muy fácil tirar la toalla, rendirse y darse por vencido. Solamente los valientes luchan, solamente aquellos que hacen frente a las adversidades que nos pone la vida, a todos esos obstáculos que algunos son capaces de saltar.

Esa esperanza, ese brillo en los ojos y esa sonrisa tan brillante que nunca se pierden. Qué triste que sea verdad eso de que solamente apreciamos las cosas cuando se nos escapan de las manos. Queremos retenerlas, dejarlas con nosotros, pero a veces, se van sin más. Sin siquiera avisar. Como algún que otro diría que se van a la francesa. Yo no quiero que se vayan y que si lo hacen, lo hayamos aprovechado al máximo, hayamos vivido cada uno de los segundos que el día nos ofrece, porque nunca es suficiente. Que una risa nunca acabe, que una mirada nunca se apague, que la llama de la vida siga dentro de ti, quemándote por dentro y abrasándote con ganas de vivir.
A ya uno de junio, miércoles.

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