A punto de:
Somos un terremoto a punto de reventar.
Una carcajada a punto de estallar.
Una buena noticia a punto de inundar y bañarte de alegría.
Somos justo el instante de antes en el que miras los labios antes de rozarlos.
Y de repente, los besas y ya no puedes deshacerte de ellos nunca.
Te quedas impregnado de su sabor, de su textura, de su forma. De la otra persona. Te cala hondo y ya no eres capaz de olvidarte.
Y, en ese momento, te das cuenta de que no puedes frenar todas las emociones que están revoloteando dentro de ti y te revuelven, haciéndote incapaz de no ser feliz.
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