Nos iba eso de complicarnos la vida.

Sonríe. Porque sí. ¿Por qué no? Quizá esa era la pregunta a todo, en vez de: ¿por qué?
En serio, que es mejor asumir que las cosas pasan, queramos o no.
Que todos cometemos fallos, y que por mucho que a todos nos gustaría volver a atrás, eso no va a pasar. Ojalá, ¿verdad?
Pero bueno, continuemos que eso no es a lo que voy.
A lo largo de la vida, te dan miles de consejos y de advertencias: "que si mires al cruzar", "que si tengas cuidado" que blablabla. Siempre las mismas frases, pero que por algo se dicen.
La pena es que éramos demasiado jóvenes y nos daba (casi) todo igual. Vivíamos con el "Carpe Diem" en la boca sin pensar en las consecuencias, pero vamos a ver, que éramos adolescentes, ¿qué pretendíamos? Eso mismo. Vivir. Vivir con esas ganas y con esa ilusión que nada ni nadie te podían quitar. Esas sonrisas nerviosas antes de ver (al que creías que era) al amor de tu vida. Pero y a mí qué. Que dirán lo que quieran de nosotros, que si muy jóvenes y poco maduros. Oye, no todos.
Mira a ese grupo reducido, que lucha por derechos, y más que vosotros, que ya os habéis rendido, así porque sí, dejándolo todo. Sé que la vida se ve muy diferente en función de la perspectiva.
Pero quizá solamente era eso; cambiar el punto de mira.
¿Lo ves? Tan difícil no es, pero estaba claro que a nosotros nos iba eso de complicarnos la vida.

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