Ser (que no estar):

Llamar a la puerta porque siempre hay que empezar con educación y qué bonito cuando te dejan pasar hasta el fondo, cuando te muestran lo más íntimo y sin miedo ni vergüenza, cuando hay tanta confianza y complicidad que las palabras dan igual porque la mirada lo dice todo.
Bucear en alguien y sentir cómo no te ahogas, que no falta el oxígeno allí abajo, que puedes nadar a tus anchas en el mar de sus ojos.
Volar con alguien cuando te da la mano, sentir la brisa al entrelazarse los dedos.
Experimentar lo que verdaderamente significa ser (que no estar) feliz.

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