Once.

Hoy, día once de octubre, he experimentado (de nuevo) lo bonito que es estar viva.
Sonreír mucho. Bueno, mucho no, muchísimo, que nunca está de más y siempre tiene cierto toque optimista que ilumina el día del resto.
Correr y sentir el alma ardiendo por dentro, cómo las pulsaciones se aceleran y notar cada contracción del corazón, cómo late cada vez más rápido, cómo tu respiración se revuelve y forma un huracán.
Un huracán de energía y buenas vibraciones que te inundan por dentro, llenándote de ganas de seguir hacia delante, de afrontar lo que venga y, sobre todo, de ser feliz.
Ser feliz y transmitirlo, a quien sea, como sea, logrando ser el cambio que quieres ver en el mundo.
Dame la mano, vamos a intentarlo, seguro que no es tan difícil.
A once de octubre, miércoles.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Cómo dibujarías la libertad?

El arte.

Dieciocho.