Yo conmigo:

Me asusta buscar y no encontrar.
No reconocerme entre los versos.
No conseguir leerme cuando escribo todo esto que se me desborda entre las manos.
No consigo que deje de brotar y sigue floreciendo.
Quizás esté bien así.
A lo mejor sólo tengo que observar cómo nace dentro de mí queriendo salir para gritárselo al mundo.
Sin embargo, cuando me paro a escuchar, estoy diciéndolo en bajito, quedándomelo para mí, dándome cuenta (una vez más), de que el mundo da igual, mientras sea y esté yo conmigo.

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