Mar. Orilla:

No sé si soy mar. O soy orilla.
A veces me gusta la seguridad de la arena, el eco de las olas y observar el horizonte a lo lejos.
Pero, otras, no me conformo con esto. Quiero más. Quiero inquietud, rebeldía, revolución.
Estallar contra las rocas.
Saborear la altura del precipio de los acantilados.
Disfrutar la caída.
Aunque duela.
Porque es vida.
Y volver a volver.
Regresar siempre.
Quizá mi corazón sea las dos. Océano y arena. A veces luchan entre sí para ver quién gana. Otras, simplemente, se dejan ser. 

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